sábado, 5 de noviembre de 2011

LA TERCERA EDAD EN NUESTRAS PERROS...!!!!




medida que nuestras mascotas crecen y se hacen mayores se producen, debido al tiempo, ciertas alteraciones en distintas partes del organismo que son progresivas y normalmente irreversibles.



Los datos que se desprenden de las distintas investigaciones indican que los animales de compañía sufren muchos cambios corporales a medida que transcurre el tiempo, sobre todo porque al hacerse menos activos incrementan su peso. Dado que su organismo apenas posee reservas sigue siendo imprescindible que su dieta sea equilibrada, si a esto se añade un programa preventivo adecuado, se puede retrasar la aparición de patologías, así como el aumento de la calidad de vida y la duración de ésta.
PROBLEMAS MÁS FRECUENTES



Hay ciertas lesiones que tienen especial incidencia en los animales que alcanzan cierta edad, éstas son la obesidad, las enfermedades relacionadas, por un lado, con el sistema renal y, por otro, con el cardiovascular.


Obesidad


Un ejemplar es considerado obeso cuando su peso sobrepasa en un 15 por ciento el ideal para la raza, según la edad y el sexo. Tiene especial incidencia en los perros a partir de los seis-siete años de edad. La incidencia en Estados Unidos, por ejemplo, alcanza el 35 por ciento de los ejemplares. Una de las principales razones es que la mascota pierde masa muscular y disminuye su actividad cotidiana.


Afecta más a las hembras que a los machos hasta los doce años, a partir de esa edad afecta a los dos sexos por igual.


La obesidad consiste en un aumento del tejido graso sobre todo en la cavidad torácica y la cercana al esternón. Dado que este aumento de tejido vivo requiere un aumento en la oxigenación, el ritmo cardíaco se ve obligado a aumentar. A su vez, se acumula grasa en el corazón, lo que produce alteraciones en las válvulas, hipertensión sobre los vasos sanguíneos, lo que puede derivar en insuficiencias cardíacas de tipo congestivo, como edema de pulmón, ascitis, etc.


Para prevenir la obesidad lo mejor es disminuir el consumo de pienso y aumentar el gasto energético. Como reducir el aporte alimenticio hace correr ciertos riesgos a la salud general, lo mejor es proporcionarle un pienso especialmente formulado, que sea rico en fibra, pobre en grasa y con un aporte de calorías restringido.


Riñón


El tejido renal pierde su funcionalidad con el tiempo, de modo que filtra menos, lo que produce una disminución de la capacidad de concentración, es decir, una orina más diluida. Esto a la larga produce insuficiencia renal, una alteración en el mantenimiento electrolítico del organismo. Esta circunstancia puede verse agravada si el animal toma medicamentos contra la artritis y la artrosis, relativamente frecuentes a edades avanzadas.


La dieta es importantísima, puesto que si es rica en fósforo, proteínas y sodio es más que probable que repercuta contra el sistema renal. Si el riñón no se encuentra en perfectas condiciones, elimina con dificultad el fósforo, lo que produce menor cantidad de vitamina D. En caso de que se produjera una desmineralización ósea, el calcio y el fósforo se acumularían en el riñón, lo que provocaría mayores problemas.


Su incidencia es entre el 60 y el 85 por ciento de los perros mayores de cinco años.


Corazón


Entre un 10 y un 14 por ciento de los perros adultos se ven afectados por alguna enfermedad cardíaca. Cuanto mayor es la edad, mayor es la incidencia; por ejemplo, en ejemplares que superan los nueve años la incidencia es del 25 por ciento y de un 33 por ciento si la edad es superior a trece años.


Los síntomas de edad cardíaca son tos y dificultad respiratoria cuando su estado es muy avanzado, por ello se recomienda proceder a un chequeo anual una vez que el perro supera los siete años. Las válvulas del corazón pueden verse afectadas en caso de que haya mucho sarro en los dietes. Para prevenir las enfermedades cardíacas es esencial que la dieta sea pobre en sal.


Según la raza


Aunque las características individuales tienen una gran importancia, hay ciertas razas que manifiestan una contrastada propensión a padecer obesidad; entre ellas están Labrador Retriever, Cocker, Cairn Terrier, Pastor Alemán y Beagle.



Prevención


Para evitar los problemas derivados de enfermedades renales lo mejor es proporcionar al perro una dieta equilibrada, baja en cloruro sódico (sal), proteínas y fósforo. Para asegurarse de que disfruta de buena salud renal nada mejor que comprobar diariamente que come con apetito, bebe agua en abundancia y orina sin dificultad.



Chequeo


La mejor manera de impedir que nuestro perro padezca cualquier tipo de enfermedad es adoptar medidas preventivas; para las que afectan al corazón lo mejor es realizar un chequeo anual en el que se contemple la auscultación cardíaca, radiografía de tórax, electrocardiograma y análisis completos de sangre, orina y líquidos extravasculares.